lunes, 22 de septiembre de 2014

Lopilato y Buble son un cuento de hadas.

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Hace dos  o tres meses decidi que necesitaba romper con la vida que tenia.
Recien habia cumplido 27 años y mi salud se habia deteriorado por el estres laboral. Mi nervios estaban a tope y ya me habia hartado de todo.
Deje la empresa que pari y vi crecer durante 7 años y preferi quedar a la deriva.
Sin estar buscando trabajo, una amiga me ofrece una changuita temporal en una consultora de comuncacion, trabajo con el que siempre habia soñado puesto que es mi vocacion pero siempre me habia dedicado a otro rubro.
En ese periodo decidi tomarme las cosas con calma y ver como acomodar la vela para que el viento lleve a ese barco a su destino.
En este andar, con muchas casualidades de la vida, conoci a un canadiense.
Habia trabajado por mas de 9 años con turismo, por lo que los extranjeros no me llamaban la atencion... especialmente porque estan una o dos semanas haciendote sentir una princesa y a los pocos meses ya te olvidas de su nombre y ellos del tuyo.
Resulta que el flaco me buscaba e insistia pero "a la gilada ni cabida".
El habia ido a Argentina por segunda vez para vivir el mundial desde cerca. Se supone que iba a ir a ver la final a Brasil pero tuvo un cambio de planes.
Un poco a desgano lo invite el dia de la semifinal del mundial a ver el partido en casa. Le pedi por favor a varios amigos que vengan asi no me quedaba sola con el... no me lo queria fumar.
Termina el partido, los invitados se van y el, temerosamente, se queda. "Anda, anda al obelisco... escucha, escucha...la gente esta yendo para alla. Anda que va a ser lindo" le decia. Desde el departamento se escuchaba como peregrinaban los argentos celebrando el reciente festejo. No se iba.
Bue, te acompaño, le dije.
Caminamos por la 9 de julio. Se saco fotos con la gente. Llegamos al obelisco y celebro como si fuera mas argentino que yo. Me invito a un bar pero era imposible. Imaginate, un bar para ir a chamuyar en pleno obelisco festejando argentina casi campeon. Olvidate.
Caminamos para apartarnos del bullicio y llegamos hasta Callao y Santa Fe. Le ofreci cenar en uno de mis lugares preferidos que esta ahi nomas. Sabia que le iba a gustar puesto que hacen toda comida en horno de barrio, como para ponerle un sello nacional  y popular a la noche.
Me conto que esta enamorado de Mendoza, le dijje que no conocia. "¿Que haces este fin de semana?¨ me pregunto. ¨No, mira..no estoy en condiciones de gastar dinero en un viaje tan corto¨- le respond. -No importa, yo te invito- me  dijo. Nunca me gusto el gateo... y mucho menos un fin de semana completo. Siempre fui muy independiente y no podia permitir ser poseida por alguien solo porque solventa unos caprichos. Le dije que lo pensaria y en los proximos dias le daria una respuesta.
Llegue a casa, cansada. Me acoste en la cama, la cabeza me dio vueltas y le mande un mensaje de "bueno, dale, vamos".
Nos perdimos el vuelo del sabado a la madrugada... nos quedamos dormidos. El en su hotel y yo en casa. Caminamos por la ciudad, cerca del aeropuerto, hasta que nos ubicaron en el siguiente avion.
Esa misma noche toda la concepcion que tenia sobre el habia cambiado. Se empezo a abrir, me conto muchas cosas. Conectamos super bien y el vino, del cual el es tan fanatico, nos ayudo mucho.
Antes de volar, al no tener reservas hechas para el alojamiento, le mande un mensaje a un ex cliente que muy gratamente nos ofrecio una habitacion en su hotel para que pasemos la noche. A caballo regalado no se le miran los dientes, asique no me puse quisquillosa con pedir una habitacion con camas separadas... durante mis viajes de mochila pase por todo tipo de experiencias, no me molestaba compartir la cama con un desconocido con quien no tenia planes de besar ni en el cachete.
Volvimos de cenar en lo que el cree "la mejor parrilla del mundo" que para mi no es mas que otro simple asado...abrimos una botella de vino que estaba en la habitación y seguimos charlando y compartiendo. Reimos mucho. La estaba pasando bien. La estabamos pasando muy bien.
Me pidio permiso para darme un beso y empine mis botines: "no duermo con nadie que viva a mas de 30min de taxi de mi departamento" exclame... pero mi argumento fue facilmente soplado por esa brisa que quizas estaba esperando para enderezar el mastil. O quizas solo me queria despeinar por un rato y vivir el momento, sin pensar a que distancia en horas taxi vivia el.
Volvimos a Buenos Aires el domingo a la noche y el se iba del pais el martes. Todo ese tiempo lo pasamos juntos. Solo nos despegamos cuando me tocaba ir a cumplir horario en una oficina donde mis dias estaban contados ya que la contratacion tenia fecha de caducidad. El martes compartimos el mismo taxi: el para ir a Buquebus y yo para ir a la oficina. "Bueno, me gustaria que vengas a Canada... dentro de un mes me mudo de Montreal a Vancouver y seria bueno que me visites".
Pero por favor! ¿Yo? ¿Canada? ¿Que cornos voy a ir a hacer a Canada? A mi me cabe el pais culturalmente opuesto a lo que conozco. Me cabe el subdesarrollo, la lepra, las arañas y el agua embotellada. El primer mundo no me atrae como para gastar dinero en un pasaje taaaan caro y ver como todo un pais funciona como un robotito. Me rei en su cara. ¿Canada? pero por favor!

Pero asi como sucedio con la invitacion a Mendoza, a los pocos dias le mando un mensaje diciendo "Tan pronto como arregle mis cosas aca, me voy a visitarte, PERO, te aclaro: este es un viaje que necesito hacer. De ahi me voy al sudeste asiatico y antes paso por New York y Miami a visitar amigos y familia. El viaje no lo hago por vos sino que sos solo una excusa para empezar a hacer lo que siempre quise hacer".

Fue un mes de estar texteando todo el dia, todos los dias. Que tramitar la visa, renovar pasaporte y dni, las vacunas, chequeos medicos, el estatuto de la empresa, la firma de balances atrasados, dejar mi departamento, mudar mis cosas, comprar un pasaje de solo ida sin saber cuando volver. Festejar mi cumpleaños por adelantado y despedirme de la gente maravillosa que me acompaño en el proceso de despeine. Estaba tan feliz por irme a la mierda.

El tema es que los cuentos de princesa no solo estan para los libros infantiles sino tambien para el living de Susana o la mesa de Mirtha.

Desde primer momento sabia que no podia proyectar, no debia poner expectativas. Cuando conces a alguien en sus vacaciones esta bajo el "sindrome del turista". Es el estado de mayor felicidad y plenitud que tiene una persona...  y es algo muy distinto a estar en la cotidianidad de la vida real. Pero nosotros, los humanos, somos los unicos que nos tropezamos mil veces con la misma piedra... y nosotras, las mujeres, tenemos una Susanita incorporada que, por mas super independencia que creamos tener, soñamos con ese delantal de ama de casa sacando galletitas calentitas del horno.

Ya van unos 15 dias que estoy en Vancouver y 30 dias que deje mi pais. No dejo de repetirme, una y otra vez la frase "quien mierda me mando a que venga aca", Vivir situaciones de "la reputisima madre, no te la puedo creer. Que tipo inconciente, desubicado y pelotudo. Esto nunca me paso en la vida... no puedo creer como accedi a esta mierda" es algo cotidiano.
Otras veces me rio y soy muy feliz. De a ratos me dan ganas de congelar el momento y parar los relojes. Hacer que todo se detenga y poder prolongar esa sensacion de felicidad. Ese caminar por las nubes, esa sonrisa que veo cada vez que cierro los ojos... pero esas situaciones son las menos presentes.

Son como las 3 o 4 de la madrugada. Me vine al sillon del living para poder escribir.
Queria tener un blog de relato del viaje, o algo asi. Quizas de pedo consigo un sponsor que me banque mientras viajo (ven? soy una Susanita). Pero en el espacio de Coleja las cosas son asi. Un rato de terapia, un post cada 6 meses con algunos mensajes anonimos y el viento luego se ocupa de llevar las cosas para donde tengan que ir.

Me canse de remar, voy a izar la vela.

1 mociones:

  • 22 de septiembre de 2014, 21:45
    Anónimo says:

    Cole, la felicidad depende de vos misma, hace lo que te haga bien y sientas que te haga feliz. Disfruta de todo lo que hagas. Y siempre hay que encontrarle la vuelta. HACE LO QUE TE HAGA FELIZ. :)

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